(microrrelato inédito)
Cuando llegué al cielo no hallé ni rastro de Dios. No es que esperase encontrarlo, pues era ateo, pero tanto se había hablado y escrito sobre Él y eran tantos los fieles que creían en Su existencia, que no pude evitar sentir una pequeña decepción al ver, mas que no existía Dios, que no existía nada que se le pareciese.
Así que me construí un trono con lo que recogí por aquí y por allá y me dispuse a ocupar Su lugar. Ahora vivo una vida eterna regalada gracias a los fieles que van llegando al Más Allá.
Por favor, no me juzguen muy rápido o muy duramente. Sólo cumplo una función.
Como todos y todo en este universo.
Simbiosis
26 dic 2008
Publicado por Óscar Camarero en 17:59
Etiquetas: -Narrativa, Microrrelatos
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3 comentarios:
jeje, muy bueno la verdad. te felicito.
Muchas gracias por tu felicitación, celebro que te haya gustado.
Graciasss.
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