(microrrelato inédito)
Hace viento, y Guillermo tensa el arco con todas sus fuerzas para evitar una posible desviación de la flecha.
Su hijo confía en él, aunque no puede evitar tener algo de miedo, lo que casi hace que se le caiga la manzana que sostiene sobre la cabeza.
Guillermo también tiembla por la responsabilidad pero aún así se concentra al máximo y suelta la cuerda.
La flecha vuela veloz en dirección a la manzana, pero desciende un poco en su trayectoria y se clava profunda en el cráneo del chico, que muere al instante.
De rodillas, abrazado al cuerpo exangüe de su hijo, Guillermo llora desconsolado mientras lamenta no apellidarse Tell.
El arquero
26 dic 2008
Publicado por Óscar Camarero en 18:02
Etiquetas: -Narrativa, Microrrelatos
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