(del poemario inédito "Estertores")
Las nubes bajas y negras
cubrieron la faz de la tierra
como tapa de ataúd,
negando a mi alma la luz
que la auxilia en las tinieblas.
Lloraron lágrimas de ángeles
que ya no recuerdan a Dios;
lluvia fina como filo de guadaña,
fría como diablo sin corazón
y espesa como mortaja.
Un viento cálido e infecto
mudó el mundo en purgatorio,
y mis pulmones ansiosos
boquearon entre acezos.
Luego vino falsa tregua
cuando cesaron las lágrimas,
porque brotando del suelo
una niebla ciega y pálida
reptó hasta mi frágil razón
y le inyectó su veneno.
Desde entonces, mis versos lloran
con el llanto frío del infierno.
Las nubes bajas y negras
25 ene 2009
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