(microrrelato inédito)
Escribo, no importa el qué (eso no es relevante). Poco a poco noto un desapego de las palabras... no, un desapego de las letras hacia el texto.
Lo presiento en las yemas de mis dedos al pulsar las teclas, como si las letras me hablasen mediante vibraciones. Algunas vocales desaparecen. Son las oes. Las OES. Las “oes”. Es curioso, si “entrecomillo” las palabras en que aparecen ya no se “borran”. Es como si las comillas les diesen un valor metafórico, y al cambiar el significado de la palabra ya no importase su ausencia. Hago otra prueba: canzión. Interesante. Si escribo mal la palabra tampoco desaparecen. Supongo que da igual su presencia porque no depende ya de ellas hacer comprensible la palabra, su significado. Pero no puedo entretenerme a entrecomillar todas las palabras que contienen la letra o, la letra “o”, ni a escribirlas mal a propósito. No me cundiría. Ya las añadiré a mano cuando imprima el documento.
Pero al poco hacen lo mismo las emes. Las “emes”. ¡Mierda! Aprieto fuerte las teclas, por si acaso es un problema mecánico.
Sea lo que sea, presiento que van a empezaroa fallarme las aes. Las “aes”. Mejor escribo a mano, “a mano”, “a” “mano”.
Fuga de letras
8 feb 2009
Publicado por Óscar Camarero en 23:41
Etiquetas: -Narrativa, Microrrelatos
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