HÉROES, exposición de originales en OUTSIDER

27 abr 2008

El próximo día 2 de Mayo a las 18:00 horas se inaugurará la exposición de ilustraciones de HÉROES en la librería OUTSIDER de Barcelona, situada en la calle Provença 548 (esquina con Dos de Maig). La exposición podrá visitarse de lunes a sábado desde el día 2 de Mayo hasta el día 17 del mismo mes.
Los autores que expondrán son:
-Rafael López Espí Portada
-Paco Rodríguez Gladiador
-Jaime Calderón En el campo de batalla
-Javier Lara El claro de Dios
-Vicente Ibáñez Yoth
-Juan Espadas La arena
-Sergio Ariño Una lucha desigual
-Bruno Redondo El Tormenta
-Quique González Espíritu guerrero
-Israel Parada El lago estigio de la muerte
-Jordi Borrás El porqué
Durante la inauguración habrá también venta y firma de ejemplares.
Quedáis todos invitados.

Hadas y Dragones, de Ciruelo Cabral

22 abr 2008

Acaba de salir al mercado Hadas y Dragones, un libro maravilloso que contiene un relato largo escrito e ilustrado por Ciruelo Cabral.
Ciruelo me pidió que le hiciese una revisión de estilo del texto antes de mandarlo a imprenta y acepté encantado. Además de un placer ha sido algo sencillo de realizar ya que a Ciruelo se le da muy bien escribir.
Quisiera darle las gracias por incluirme en los agradecimientos y por la maravillosa dedicatoria y el increíble dibujo que dedicó a mi hija Alba.
También os quisiera recomendar el libro. Está enfocado a un público infantil-juvenil pero a los adultos también nos llegará a emocionar y subyugar. El amor de Ciruelo por la naturaleza, por las culturas ancestrales y por el arte rezuman entre los renglones del libro e invitan a la reflexión.
Un libro ideal para los niños, los jóvenes y los niños grandes entre los que me incluyo. O lo que es lo mismo: para seres humanos a partir de seis años.

HÉROES, epimario ilustrado (reseña, por Andrés Díaz Sánchez)

8 abr 2008

Andrés Díaz Sánchez es autor de las novelas Los guerreros sin rostro, La maza sagrada, El camino del acero y El Imperio contra Dios y guionista del cómic El Espartano.
Miró a la muerte a los ojos,
de pie, altivo y sereno,
una mano en la garganta
y en la otra un frío acero.
Fragmento de “La muerte del guerrero”

“Héroes” es probablemente una de las propuestas más originales dentro del panorama de la Fantasía Heroica. En este libro encontraremos elementos propios de esta rama del Género Fantástico: bárbaros, guerreros, piratas y otros personajes anejos a la Espada y Brujería, insertos en escenarios y aventuras donde imperan las leyes del honor y el acero. La originalidad no está tanto en la temática y los lugares comunes que todos bien conocemos, sino en que se trata de un conjunto de poesías: un poemario.
Óscar Camarero nos ofrece en su libro doce poemas de distinta extensión que harán las delicias de los amantes de la épica, incluya ésta elementos fantásticos o no. En resumen, en “Héroes” se nos presenta, como su propio título indica, la instantánea de un momento crucial, o bien toda una vida resumida en verso, de diferentes individuos “heroicos”. Podemos asistir a las luchas y aventuras de piratas, gladiadores del circo romano, renegados escoceses, bárbaros, caballeros medievales y, en suma, diferentes aspectos de un mismo arquetipo: el guerrero que pelea con valor hasta la muerte.
La muerte es, precisamente, y si se permite la expresión, la otra gran protagonista de cada poema y por tanto del libro en su conjunto. Es el verdadero antagonista de esos héroes que luchan, sangran y sufren a través de los versos. No tienen tanta importancia los enemigos físicos como la Muerte en sí misma, némesis del Héroe, pues el Héroe, al ser lucha en estado puro, es vida en estado puro. En contraste, la Muerte representa la derrota y la quietud más absoluta. Sobre cada uno de los Héroes planea esta Señora, este buitre al acecho, y en no pocos de los poemas la Muerte es quien gana al final la batalla.
Esto enlaza con el final trágico de muchos de estos poemas. Algunos de ellos no tratan realmente sobre la lucha del Héroe, sino sobre su pesaroso fin, cuando por las heridas se les escapa la vida y están a punto de expirar. El heroísmo y la tragedia producen precisamente los momentos más bellos, pues la exaltación de lo épico no llega con la victoria y el triunfo, sino con la muerte valerosa, con la aceptación del precio más grande: morir antes que rendirse. Tal sentimiento trágico y heroico es muy indicado para que la poesía se ocupe de él, pues este tipo de lenguaje se dirige antes al mundo sentimental que racional del lector, y no hay nada más irracional, y al mismo tiempo más emocionalmente hermoso, que dar la vida por un ideal. Los poemas más emotivos son, por tanto, aquéllos en que el héroe está a punto de fallecer.
Cada poema está ilustrado por un artista distinto. La profusión de dibujos, algunos especialmente afortunados, da dinamismo al libro y otorga espectacularidad a esta obra de Fantasía Heroica.
Al principio de esta reseña se aludió a la originalidad de presentar una obra de Fantasía Heroica en forma de poesías. Pocos libros de este jaez se pueden encontrar, precisamente en un mercado que no es fácil, y es por ello que este libro es “heroico” no sólo por su temática, sino por huir de cauces literarios y tomar el bello camino de la poesía. Es una apuesta arriesgada y, repito, heroica.
No obstante, sí es una apuesta segura para todo amante de lo épico, que encontrará en el “Héroes” de Óscar Camarero la buena ración de honor y acero que necesita, en un lenguaje bello y cuajado de fuerza.

HÉROES, un poemario mítico (reseña, por David Mateo, alias Tobías Grumm)

David Mateo es autor de las novelas Nicho de Reyes, El último dragón y Encrucijada de intereses, pertenecientes a la saga La tierra del dragón, que se concluirá con la novela La Senda del Hechicero.


Conocí a Óscar Camarero cuándo estaba metido en esa magnífica web que era Los Manuscritos Perdidos. Por aquel entonces yo daba mis primeros pasos literarios y él se brindó a publicarme algún cuento o libro en el e-zine. Al final, el tema no se concretó, pero desde entonces hemos mantenido esa relación circunstancial y atemporal que nos une a todos aquellos que orbitamos alrededor de este maravilloso mundo literario.
Sabía de la pasión que Oscar albergaba por el género fantástico, no en vano le publiqué un cuento sobre samurais en la extinta Tierras de acero MGZN, de lo que ya no tenía idea era de la maña que el autor catalán se gasta a la hora de elaborar poesía. Cuando «Héroes» cayó en mi poder, me dejó sorprendido. Servidor no es que entienda mucho de poesía, pero cuando se lee un libro sin tregua, de principio a fin, eso significa que engancha y que transmite. Y seamos claros: ¿acaso la poesía no se concibe para ese fin? Hacer sentir al lector.
Las páginas de Héroes (Editorial @becedario) albergan once romances y un poema de métrica libre, todos ellos con una temática común: la épica. Desde un gladiador que derrama su sangre en la arena durante una batalla brutal, hasta la sonrisa fantasmagórica que nos devuelve un lago encantado. Mención especial merece el poema: El sueño del escocés, un dechado de virtudes que habla sobre la nostalgia en la hora postrera antes de la batalla. Cada estrofa de este poemario es pura lírica; decadente, brutal, mágica, triste, enaltecida, porque, al fin y al cabo, eso es la épica: la exaltación de los sentidos. Y Oscar Camarero cumple con creces ese cometido.
Mención aparte merecen las ilustraciones que adornan el libro: Paco Rodríguez, Jaime Calderón, Juan Espadas, Sergio Ariño, Bruno Redondo, Vicente Ibáñez, Javier Lara, Enrique González, Manuel Calderón, Sergio Bleda, Israel Parada y Jordi Borrás. Y, por supuesto, la portada de López Espí, con un aire clásico que nos trae a la memoria la cartelería de todos esos míticos films de gesta de los años cincuenta, con Robert Taylor o Errol Flynn. También cabe destacar el prólogo del dibujante argentino Ciruelo Cabral que recoge la síntesis de lo que es el libro.
En definitiva, un plato delicioso para degustar en los momentos de solaz tranquilidad y que nos transporta a esas gestas maravillosas con las que todos alguna vez hemos soñado.

HÉROES, de Óscar Camarero (reseña, por Sergio Ruiz)

Desde el prólogo del poemario, donde Ciruelo Cabral anuncia la llegada de los cuervos a la hecatombe del campo de batalla a reventar de muertos, un superviviente se comienza a destapar bajo el título de héroe.
Los sentidos se zambullen repentinos en la arena, el olor de la sangre y el sudor y el vino, el perfume de las damas entre el público. Da comienzo la batalla por la gloria no celeste, la fama. El guerrero derrotado “Siente el sol en todo el cuerpo, el viento suave en su cara, y marcha con paso lento...” saliendo de la matanza.
Pero el autor catalán no se queda en la mera épica del que regresa entero tras mirarle los ojos a la muerte. Su templario, azote de herejes, tiene algo de leyenda de Bécquer, un poco de oscuridad inquisitiva, la seguridad que otorga la palabra de dios para matar impunemente, la pasión de la fe y la frialdad del acero en una noche oscura, entre fuegos y reflejos.
También hace su aparición en el variopinto escenario de batallas, entre guerreros y oponentes, aquello que retorna al héroe su humanidad: la familia, el miedo a perderlos con la vida. Por momentos, resuenan ecos de Quevedo, el del barroco más existencial, “Y olvida que son los hombres/ sólo sombras y ceniza,/ que el viento del tiempo esparce,/ en sus idas y venidas.” La invitación que el poeta hace al abandono de las armas, conlleva implícito el canto a la belleza, contradictoria, del combate entre iguales, a la dulzura de la amarga victoria.
Acecha la soledad del veterano que hace de la lucha por la supervivencia su credo, venciendo a los matones que envidian sus proezas en un callejón, para robarles luego sus monedas. Monedas que le aseguran un poco de calor; el de una muchacha al lado y vino en las tripas. Este veterano es ya inmediato antecesor de aquel que se adentra en el Lago Estigio, tras morir sin una súplica y sonriendo.
En el ecuador del poemario se plantea el poco sentido de la guerra, pero cuando el soldado se plantea eso, es ya demasiado tarde, luchar por sobrevivir es lo esencial.
Tras revisar con plumazos de octosílabo veloz y crudo la tradición épica del héroe por las armas, romano y español, germánico y fantástico, este romance moderno, con mérito de plasmar las situaciones en breves versos que recuerdan a la concisión descriptiva y dinámica del cómic, revisa la eterna lucha del irlandés, que no deja de añorar la lejana paz junto a su amada.
La épica en alta mar emboca el tramo final del poemario. De nuevo, un silencioso guerrero se enfrenta a una multitud, esta vez son piratas y antes que Neptuno se los trague a todos, prefiere morir luchando. Al final queda la sed de venganza del que ha perdido a sus seres queridos por no luchar, pero sobre todo, queda el valor que uno mismo ha de tener.
El dibujo y doce ilustraciones, que acompañan al prólogo con sus poemas, corroboran la plasticidad del lenguaje del poeta, dando un cuerpo en que ampliar la imaginación del lector, construyendo un fino puente entre la épica y la viñeta, llenando a los sentidos con un gusto que es, a sabiendas, sudor de las estrofas. La portada no podría ser menos que un campo de justas con lanzas en alto, el camino hacia el mito.
Óscar Camarero mezcla con gran sutileza la tradición del romance épico, del Romanticismo, de lo tradicional y del imaginario colectivo creado por el género hasta llegar a nuestro siglo. Los tópicos de la heroicidad son retratados con un vocabulario vibrante pero fluido, hasta tal punto que al acabar el libro uno siente la impresión de que le han contado varias historias de valor y de muerte, donde se ensalza al que mata hasta el nivel de los dioses, pero se rebaja a la batalla a la condición humana.