(microrrelato inédito)
El hombre sopesa el revólver. Pesa mucho, no imaginaba que tanto.
Consigue abrir el tambor tras varios intentos e introduce en él las seis balas.
Luego sujeta el arma con ambas manos, la amartilla con los dos pulgares, apunta y dispara.
El sonido del disparo suena como un trueno.
No he sujetado bien el revólver y del retroceso se me cae al suelo. Lo miro absorto mientras pienso en lo que acabo de hacer. Sonrío. Sólo lamento una cosa: que narrador y escritor no sean la misma persona.
Todo un carácter
25 ene 2010
Publicado por
Óscar Camarero
en
20:00
Etiquetas: -Narrativa, Microrrelatos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario